Aunque se dispone de referencias históricas que atestiguan la celebración de corridas de toros y otros espectáculos desde al menos el siglo XVII, la construcción actual data del año 1993.Durante todo el año, la plaza de toros se utiliza como aparcamiento público. En ella se celebra también el mercado semanal.Los vecinos de las viviendas a las que se accede por la plaza no pueden entrar ni salir de sus casas mientras se esté celebrando la corrida. Desde los balcones de las casas, los vecinos pueden contemplar los espectáculos taurinos sin coste, sin embargo, el ayuntamiento (titular de la plaza) estableció una limitación en los años 90, haciendo necesaria la entrega de «pases especiales» a los amigos y familiares que quisieran ver la corrida desde el balcón de las casas de la plaza.En el mismo ruedo existe un bar abierto todo el año, que se ve obligado a cerrar sus puertas solo mientras el toro está vivo en la arena. Nada más dar muerte al toro, se abren las puertas para que el público pueda ir a por bebidas. Al toque de los clarines, las puertas del bar se vuelven a cerrar.