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Quiénes somos

 Soy Javier Molina.

Nací en Madrid en 1965. Hijo de José y Manuela, soy el mediano de tres hermanos.

Tuve una infancia como las de antes, como las de los niños de Cuéntame: colegio de curas, tardes jugando al futbol en el barrio y fines de semana y vacaciones en la casa de Navacerrada. Un padre trabajador que llegaba siempre tarde a casa y una madre con carácter que intentaba mantener todo en orden, aunque yo no se lo ponía fácil.

 Siempre he sido una persona muy dinámica, y he vivido intensamente antes de llegar a donde estoy hoy.

 

De pequeño quería ser portero del Real Madrid. Llegué a jugar en categorías inferiores hasta que una lesión en la rodilla truncó ese sueño. Pero desde mi sofá no hay deporte que se me resista: fútbol, baloncesto, tenis, motos, fórmula 1… Soy imbatible con las preguntas naranjas del Trivial.

 Estudié Turismo. Y pasé los mejores años de mi vida siendo guía por los cinco continentes. Tengo mil historias que contar de aquella época.

Trabajé después mucho tiempo en el departamento comercial de una compañía aérea estadounidense y varios años en una empresa de marketing y regalos promocionales que importábamos de China. He sido también gestor económico y de equipo en un restaurante de lujo…

Viajar, gestionar, negociar y coordinar: eso resumiría cómo ha sido mi forma de ganarme la vida.

 También me gusta ver series y hacer fotos. Domino el inglés, y con el francés me defiendo (al estilo Nadal).

 En el ámbito personal estuve casado muchos años y, aunque aquello no terminó bien, fruto de esa relación nacieron mis dos niñas: Alejandra y Claudia. Una médico y la otra enfermera, ambas estupendas, y yo el papá más orgulloso.

 Ahora me vais a conocer con Amparo. Ella es la mujer que desde hace años hace que mi vida sea mucho más tranquila y mucho más feliz. Es la persona que más me ha apoyado desde el primer momento para poner en marcha este proyecto, y sin la cual no se hubiera hecho realidad. Juntos hemos pasado horas y horas haciendo excursiones por El Valle del Tiétar, trabajando en casa y en el jardín para hacer que os sintáis lo mejor posible cuando vengáis a visitarnos.

Y mi otro compañero de viaje es Chipi, mi perrillo. Es bueno, listo y cariñosísimo. A él también le encantaría veros por aquí, pero si por alguna circunstancia no quisierais compartir la experiencia con él, no habría problema en dejarle unos días con una de mis hijas en Madrid.

 La idea de El Escondite de Molina surgió al inicio de la pandemia. Entre confinamientos y restricciones yo pensaba en cómo encajar una nueva forma de trabajar y de vivir, disfrutando de la tranquilidad del pueblo y de las pequeñas cosas que nos ofrece: paseos por el campo, respirar aire limpio, conversaciones frente a la chimenea, mojitos en la piscina mirando las montañas, un cielo lleno de estrellas al llegar la noche… Poco a poco el proyecto fue tomando forma y hace ya unos meses que dejé mi piso en Madrid y me vine a vivir aquí, a la Iglesuela del Tiétar, a esta casa que construimos en 2005 y que ahora me encantaría compartir con vosotros. Durante todo el proceso me han ayudado grandes amigos a los que estoy eternamente agradecido. Cecilia y Javi con la decoración de la casa, Enrique con sus historias y leyendas del Valle, Pepe con los platos que os cocinaré cuando vengáis, Laura diseñando la web y Pichi con la sabiduría infinita de quien ha vivido toda la vida en un pueblo pequeño de la España profunda.

 Ya tenemos todo preparado. 

 !! Aquí os esperamos!!